Vinos DOC de Napa, los mejores

En Napa no dejes de visitar dos bodegas, Harlan State y Staglin Family, me dijo nuestro amigo el bodeguero argentino Federico Benegas, antes de iniciar  el tour super placentero que hace muy poco hicimos por California. Y fue inevitable visitar  Oakville y  Rutherford.

Vinos que han logrado más de diez veces 100 puntos Parker, era una recomendación muy difícil de olvidar….y por supuesto al llegar a Oakville nos dirigimos a Harlan Sate Napa Valley DOC.
 
Fundada por Bill Harlan sus productos, al decir de Jancis Robinson, son  los mejores "grand cru" de Napa del siglo XX. Con precios que van desde u$s 450 a u$s 2000. Vinos al estilo Bordeaux. Elaborados por dos Winemaker, Robert Levy desde 1983  y Cory Empting quien nos recibió con todos los honores. Una bellísima bodega en subida, por senderos que bordean la montaña y desde los cuales se ven en perspectiva viñedos de Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Petit Verdot. En realidad no reciben turismo, por lo que la serenidad sobrevolaba el lugar y Cory, muy cordialmente nos llevó a recorrer las cavas. Con copas en mano, en una penumbra propicia para la crianza de los grandes vinos, fuimos degustando y conociendo estos maravillosos Harlan State californianos.
 
Cory Empting nos contó que sus vinos -tintos todos- son fermentados en pequeñas vasijas de madera y también de acero con extraña forma de uso y que la maloláctica se produce en un 100% en barricas nuevas francesas. Luego el vino descansa durante 24 a 36 meses, dependiendo del vintage.
 
De los vinos que degustamos, entre barricas y penumbras, recuerdo un Harlan State blend de Cabernet Sauvignon y Caberrnet Franc con 27 meses de barrica, intenso, sabroso, con dejos ahumados… que nos quedó largamente en boca. Al rato fue otro con recuerdos minerales y muy frutal, un Merlot también del 2011. El Merlot es siempre Merlot, pero éstos de Napa tenían el sello del terroir, que en mi memoria los diferenciaba mucho de los nuestros.
 
Y como broche de oro, la copa que enarbolábamos como trofeo de barrica en barrica, recibió un Harlan Satate 2010 ("envinar" la copa con este Harlan fue un dolor!!!). Un Red Bordeaux Blend que incluye 85%  Cabernet Sauvignon, 10% Merlot y nos aclara nuestro anfitrión, un leve toque de Cabernet Franc y Petit Verdot Se trata de un vino con aromas complejos, muy expresivo, también en boca. En conjunto, como me gusta apreciar un buen vino, era una delicadeza personal con algo de  cherries, un leve toque de café y ahumados. Rico e intenso.
 
La Bodega Harlan State vende en forma directa y su larga, larga lista de winelovers reciben en forma exclusiva estos productos.
 
Paladeando aun los vinos de Cory Empting partimos hacia Rutherford, a visitar Staglin Family. Bodega asesorada por el enólogo francés Michel Rolland. Al llegar –un poco tarde, suele pasar en una carretera desconocida- nos sorprende la elegancia de sus viñedos y de la casa principal, donde nos recibe cordialmente su fundadora, la Sra. Shari Staglin. Su hija Shanon, CEO de la empresa familiar, con la que habíamos concertado la visita nos había aclarado que en esos días estaría de viaje.
 
La encantadora Sahri, nos esperaba con una mesa plena de copones, quesos y vinos. Desde ese comedor elegante se divisaba hacia abajo y hasta muy lejos sus viñedos prolijamente alineados- como todos los de Napa-. Un entorno encantador, donde además de la viña, se ofrecían a la vista jardines florecidos.
 
Staglin es una bodega singular, ya que aparte de sus grandes vinos, que son totalmente orgánicos certificados, se proveen de "energía solar", que suelen compartir con sus vecinos. Producen varietales y vinos de corte con la onda Bordeaux. Comenzamos la degustación con un Chardonnay 100%, fresco y diferente (u$s 90), mantecoso y delicado. Luego proseguimos con un Cabernet 96 puntos Wine Spectator y 94 Parker, aromático, intenso y chocolatoso (u$s 185) y el Staglin Family Vineyard INEO, Red Blend 2008 (u$s 250). Estructurado, intenso, complejo, con aroma licoroso –sabores acorde a frutos rojos- en fin, nos encantó tanto como Shari, una anfitriona muy amable y con enorme conocimiento de sus vinos.
 
Partimos con el recuerdo de unas viñas espléndidas (tanto en Harlan y como en Staglin) y sintiendo allá en el fondo del alma, que también nuestros grandes vinos argentinos compiten cabeza a cabeza con esos grand cru del Hemisferio Norte.