¡¡¡¡El vino siempre estuvo!!!! Amén

Sí, desde el comienzo, el vino acompaña a los seres humanos. Y estuvo presente como elemento importante en las antiguas religiones y en la vida normal, como medicina y alimento.

Innegablemente antigua, damos crédito a la  Biblia donde el vino figura en más de 40 citas. Si bien se rechaza la embriaguez, sus palabras ensalzan la alegría que otorga en su justa medida. Por ejemplo Melquíades, rey de Salem bendijo a Abraham con vino y en el Salmo 103, se alaba a Dios que provee tantas cosas buenas  como “el vino que recrea el corazón del hombre”. Hay que recordar el primer milagro de Jesús en las Bodas de Canaá, donde convierte el agua de las tinajas en vino porque éste se había acabado. Y al parecer fue un buen producto (¿¿¿Shiraz???) ya que los asistentes dijeron al novio “Que bueno, guardaste el mejor vino para el final!”. Y fue protagonista en la Ultima Cena, donde Jesús simboliza en el vino, su propia sangre, bebe y da de beber en la misma copa (Cáliz) a sus discípulos, pidiéndoles que hicieran lo mismo para recordarlo. Hay que aclarar que en ese entonces se usaba una sola copa durante las comidas. Y la historia cuenta que ese vino era de Syrah! ¿Por qué esta uva? Y debe ser porque es la que se daba mejor en la zona.

En el Islamismo que prohíbe beber, la recompensa llegará luego, ya que, el vino prohibido en la tierra, es otorgado con generosidad en el Cielo. Esta escrito que “Ríos de vino habrá en el cielo, como una delicia para los bebedores”.

Si leemos acerca de la otra Gran Religión Occidental, la Judía, el vino es fundamental en sus celebraciones porque simboliza su Libertad (esclavos en Egipto, no podían beber, libres ya, luego pudieron hacerlo). Durante la Pascua, en la Noche del Séder, la primera noche, cuando se cumplen algunos preceptos fundamentales como comer matza (pan sin levar), en recuerdo del apuro con que salieron de Egipto; comer maror (hierbas amargas) por el sabor de la esclavitud; también se beben “cuatro copas de vino”, porque cada copa simboliza un “verbo”, un concepto de Dios. Primera: "Yo os libraré de las cargas de Egipto. Segunda: Os libertaré de la esclavitud. Tercera: Os redimiré con brazo extendido y grandes actos justicieros. Cuarta: Os tomaré como pueblo mío y seré vuestro Elokim" (Exodo 6:6-7). Y como corolario en las bodas, beben vino los novios y el celebrante y luego rompen las copas, como una manera de preservar  la felicidad de la nueva familia.

Y si nos atenemos a los poetas, hay muchos antecedentes en Oriente y en Occidente. Sólo rescataremos una estrofa de Samuel Ibn Nagrela (993 - 1055), poeta y filósofo hispanojudío, nacido en Badajoz, Mérida (Extremadura): "Vierte la sangre de uvas en copas de cristal puro, / como fuego apresado en el granizo / y bebe, cuando trinan las aves al alba, / el zumo que brilla en el vaso como la luz. / Su aspecto es rojo y agrada a quien lo bebe; / se elabora en España y a la India llega su aroma / y no dejéis descansar al vino por las noches; / apagad la candela, ¡qué os iluminen vuestras copas, / que en la tumba no hay cantos, ni vino, ni amigos!". Así Sea (eso lo digo yo).