Acuerdos singulares: mujeres y vino

Acabo de conocer a Luis Jait por Internet, es decir lo conocía a través de sus escritos. Y recién ahora nos comunicamos. Sus relatos, pequeñas perlitas acerca de la relación entre la mujer y el vino suelen aparecer en la web. Y están volcadas en su libro –coautor Gonzalo Alonso- "Como enamorarlas con vino"….singular enfoque del amor y la conquista.

Y como esto toca de cerca a las Damas de Copas, me pareció oportuno pedirle permiso para publicar alguna de sus reflexiones. Una persona por demás interesante, de acuerdo a sus muchas vetas. Aventurero del Aconcagua  y otros desafíos que relató en su libro "Elogio de la Desmesura". Me impactó una frase que hago mía, toda mía “Es un juego divertido salir a buscar ganas". Porque suelo decir que siempre hay que ir detrás de un proyecto…cercano o lejano y eso es ir a “buscar las ganas” de hacer, de pensar de imaginar….de enamorarse…de soñar….

En cuanto a Gonzalo calculo que es hijo o pariente de Sigfredo Alonso, al que conocí bastante en mis épocas de hacer la Revista IDEA (del Instituto empresarial del mismo nombre) y durante diez años compartimos almuerzos “de gestión general” y charlábamos acerca del buen vino qué él sabía hacer y que religiosamente disfrutábamos en esas comidas. Un grato recuerdo a este bodeguero pionero…(Pero me fui "por las ramas"…de la vid!).

Retorno a Luis Jait. Les paso a mis lectores algunas de sus reflexiones y su pensamiento que nos dice: “Yo creo que el vino y las mujeres tienen esa condición, no hace falta tomar mucho ni siquera hace falta que nada especial suceda. Una copa y una mujer, embriagan. Todas” 
 
Las chicas de Luis Jait: Milagros es la “muchacha chardonnay y sus besos son frutados, divertidos, se le instalan en el medio del alma, allí se quedan, añorándola para siempre. Tiene aromas a cítricos, hierbas, alguna fruta tropical y un ahumado que le agrega la madera que sólo ella posee.  
 
Bernardita, la chica carmenere tiene tanta pasión esperando que es toda una promesa de felicidad. Nos regala vinos de baja acidez, taninos presentes, como los amantes, solo un instante, pero con recuerdos persistentes; ciruelas rojas, moras y algo de especias.
 
Mariela es como el Pinot Noir. Caprichosa, ciclotímica, difícil de convivir, la rutina la pone loca, salta de su sesión de Reiky a entrenar duro en el gym para la ultramarathón. Como al Pinot Noire la salvan las fiestas y las burbujas del champagne y o espumante. Ahí, jazz, vinchas con plumas, brillos, muchos brillos, bailar el charleston y decir A reir, que mañana es otro día y nadie sabe que nos trae... ¿más?
 
Maria Jose, la chica semillon, con sus besos salvajes, desordenados, ingenuos, ya veremos si sorprende a quienes hoy la creen una chica de barrio.
 
Juana, la mujer cabernet sauvignon, imposible será que se la dirija, o someterla, o discutirle. Siempre hay que estar decidido a acompañar. Pienso yo, que ese hombre es difícil de encontrar…pobre Cabernet.
 
Y Maria, la mujer sangiovese, es una buena mina, una tana expresiva y alegre a la que nadie se preocupa por darle fineza, educación y clase, pero (agrego por mi cuenta) lo va a lograr. Mas de L. J…en www.enamorarlasconvino.blogspot.com